lunes, 25 de julio de 2022

Los dos reyes y los dos laberintos ( Jorge Luis Borges).


Los dos reyes y los dos laberintos
Los dos reyes y los dos laberintos 
Jorge Luis Borges


Cuentan los hombres dignos de fe (pero Alá sabe más) que en los primeros días

hubo un rey de las islas de Babilonia que congregó a sus arquitectos y magos y les

mandó construir un laberinto tan complejo y sutil que los varones más prudentes no

se aventuraban a entrar, y los que entraban se perdían. Esa obra era un escándalo,

porque la confusión y la maravilla son operaciones propias de Dios y no de los

hombres. Con el andar del tiempo vino a su corte un rey de los árabes, y el rey de

Babilonia (para hacer burla de la simplicidad de su huésped) lo hizo penetrar en el

laberinto, donde vagó afrentado y confundido hasta la declinación de la tarde.

Entonces imploró socorro divino y dio con la puerta. Sus labios no profirieron

queja ninguna, pero le dijo al rey de Babilonia que él en Arabia tenía otro laberinto

y que, si Dios era servido, se lo daría a conocer algún día. Luego regresó a Arabia,

juntó sus capitanes y sus alcaides y estragó los reinos de Babilonia con tan

venturosa fortuna que derribó sus castillos, rompió sus gentes e hizo cautivo al

mismo rey. Lo amarró encima de un camello veloz y lo llevó al desierto.

Cabalgaron tres días, y le dijo: "¡Oh, rey del tiempo y sustancia y cifra del siglo!,

en Babilonia me quisiste perder en un laberinto de bronce con muchas escaleras,

puertas y muros; ahora el Poderoso ha tenido a bien que te muestre el mío, donde

no hay escaleras que subir, ni puertas que forzar, ni fatigosas galerías que recorrer,

ni muros que te veden el paso."

Luego le desató las ligaduras y lo abandonó en mitad del desierto, donde murió de

hambre y de sed. La gloria sea con Aquél que no muere


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